Como una Cleopatra moderna, Katy Perry promocionó su último single «Dark Horse». La bella californiana se transformó en una diosa egipcia fluorescente en la gala de los BRIT Awards 2014, con un espectáculo modernista.
Por su parte, en esta misma gala, Elle Goulding, optó por una puesta en escena menos “luminosa” que Katy, pero, por el contrario, recurrió al efectismo de un grupo de percusionistas y al fuego, interpretando «I Need Your Love» y «Burn».
El que menos se complicó la existencia fue Bruno Mars, interpretando Treasure, acompañado de su propia banda. No obstante, Bruno se llevó el premio al mejor artista internacional.
Realmente Beyoncé no desperdicia ninguna oportunidad y no necesitó de una puesta en escena especial. Simplemente fue ella misma. Tras interpretar «Drunk in Love», con Jay Z, en los Grammy, en esta ocasión interpretó su otro single titulado XO, con un enorme éxito.